lunes, 26 de julio de 2010

El adiós

Me embarga la tristeza

recordando tus recuerdos

mirando acaso

con tus ojos temblorosos

casi sin vida.

Tu mano ya no es la misma

hace tiempo que dejó de dar caricias.

busco tu boca cerca de la mía

quiero sentir el ajetreo de tu aliento

tan débil, tan incierto.

Desearía fundirme en tu piel

calarme hasta tus huesos

darte vida,

darte la que derrochaste conmigo

con largas charlas de otros tiempos.

Deseosa por revivirlos

más no hay más

se acaba el tiempo.

Apenas queda soñar de nuevo

esperando con la puerta entreabierta

que regreses de nuevo

antes de irte

antes del adiós funesto.

">

martes, 20 de julio de 2010

El puente sobre el rio



Contemplo la calma de tus aguas
el reflejo ajeno del sol
bañando las orillas
de salvaje vegetación.
A lo lejos,
la sombra de la renovación
hay sitio para lo novedoso
para el fluir de una nueva era...
Poco a poco
se hará el milagro
y miles de gente correderas
pasarán a través de él.
No se si sentirme bien o mal
¿pero quién puede impedir el progreso?
¿acaso yo?,
no me siento para ello
mejor disfrutar desde la orilla
y mirar para otro lado
del que hasta ahora fue
su único punto de unión
“el trasbordador” .

martes, 13 de julio de 2010

EL VIAJE

No trataré de convencer a nadie con mi relato, con pinceladas de mi vida, con matices infinítos de mi existéncia. Pero si me gustaría que os impregnárais un poco de lo que viví a lo que me llevó a esta nueva vida, la que espero sea la última porque ella me enriquece día a día y hace que salga lo mejor de mi, el lado más humano, mi propio Yo. Después de todo lo encontré, anulado desde siempre, arrinconado, vejado por mi ego, al cual le debo TODO y al que defenderé hasta mi propia muerte.

De todas formas solo trato con ello, que os paséis un rato agradable, de entretenimiento, leyendo estas líneas.
Y si esto os llevará a replantearos vuestra existencia, me sentiría complacida, aprender de los errores de otros, creo, es la manera más fácil y menos dolorosa de crecer.


Sonó la alarma, dichosa intrusa!!, todas las mañanas igual, no deja mecerme en mis sueños tan gratos ultimamente...me saca del paraíso, jo!!...que rabía!!.
En fin...esta noche espero continuar con ellos...a ver, ¿dónde me quedé?
Ah si!! estaba en aquella playa caribeña, con mi fortachón chico, morenazo y musculoso, todo una ricura...se nota que a los lugareños les sienta de perlas este sola abrasador que ha hecho que mi delicada piel se transforme en la apariencia de un camarón!!.
Ya digo, todo placer...macizo, te espero esta noche entre mis sábanas.
Jo!! que tarde y todavía sin duchar ni preparar la carpeta de clientes!!.


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La ducha me sentó perfecta, ha hizo ponerme las pilas y sentirme como nueva, prepaeada para la batalla diaria en este mundo occidental tan competitivo.
Ahora el maquillaje, o como yo le llamo..."mis pinturas de guerra". La imagen cuenta y mucho, para mi trabajo. Nada más agradable que hablar con una coqueta mujer, con sus curvas bien puestas, su sombra de ojos, su carmín rojo Chanel y su bolso de Prada.

Me visto, uhmm...el rojo, si, si, el rojo. Quireo empezar el día con fuerza, comerme el mundo, hoy tengo reunión, y luego, enseñar un ático precioso a un nuevo cliente que según me han comentado está forrado, extrangero creo, direcctivo de una empresa multinacional y que se viene a vivir aquí. Espero que le guste el inmueble y que mi compañía la encuentre agradable.

He llegado ya a la oficina, revisar unos cuantos papeles, pero rápido, la reunión estrá a punto de empezar.
Mi jefe presiona, y no solo a mí, son tiempos diferentes, todo el mundo mira al resto con lupa. No se sabe bien como terminará; pero estoy temiendo lo peor, los mercados han caído en picado y ya se sabe, aquí reina la especulación. Espero no ser yo, que no ruede mi cabeza, la verdad es que soy buena vendedora y no creo que quieran sacarme a mi del proyecto.

Bueno, bueno de momento todo sigue con normalidad, la reunión más o menos como siempre, aunque se vislumbra el miedo, la inquitud generalizada por parte de todos los componentes. A Raúl lo veo mal, el pobre parece intuir lo que se le viene encima, hace tiempo de habló de él, de sacarlo del departamento de ventas pues al pobre le cuesta vender el paquete que le imponen, no vale para eso, es todo corazón y ya se sabe, en este mundillo solo puedes decir la verdad a medias, vender es lo primordial, luego cada cual que se encuentre con las sorpressas: que si el grifo no funciona, que para que sirve este enchufe si no pasa la corriente?, etc, etc. Pero la verdad es que generalizando vendemos calidad.

Mepreparo un cafetito, uhmmm...riquísimo, me transporta a mis sueños nocturnos junto al morenazo de turno...ja, ja, ja!!, ¿quién pudiera estar allí?.
La verdad es que necesito urgentemente unas mini vacaciones, y más en esta época, llena de conflictos y problemas laborables y con "años luz" de mis últimas vacaciones, que por cierto resultaron ser un desastre, compartirlas con Joan, mi ligue en aquel momento, pues me di cuenta de lo poco que teníamos en común, aparte de sexo rápido, no llegaba nunca al segundo asalto!!...ja,ja,ja. Seguro que el morenazo de la playa caribeña me convertía en la reina de Play Boy.

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El tráfico en Madrid está fatal!!, prefiero mi Ciudal Condal, pero ya se sabe...el trabajo és lo primero, y si ello conlleva irte a la capital, pues allí se planta una. Por lo menos espero poder pasar las vacaciones navideñas allí, junto a mi familia, ver a los mios y sentirlos cerca.
Me paro en un semáfaro...uhmmm!!, que bombón!!, y me mira...es perfecto, con esos ojazos azules y su aspecto nórdico, en fin!!, la luz se puso verde ya, "bye, bye" desconocido.
Ya sé, ya sé, pensareis que esoy pero que muy necesitada, en fin...teneis razón, desde este penoso verano con Joan que no me han quedad muchas ganas de buscar otro ligue. Todos parece que están hechos de la misma pieza ya estoyb de vuelta de conflictos y tonterías de niñatos creídos.
Mejor sola..., pero como una tiene ojos en la cara y estos están para mirar...o no?.

Bueno ya estoy en el inmueble, llamo al cliente para avisarle de ello y así localizarle. Ah!!...a llegado ya, menos mal!!, se nota que no es español, tienen la odiosa costumbre de hacerte perder el tiempo mientras llegan, tarde claro.

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- Peter Erhard??...
- Señorita Ferrer...
-Buenos días, si, soy la señorita Ferrer, Mariona , espero que haya encontrado perfectamente este lugar...bueno, la verdad que estando en una de las calles más castizas de Madrid no le habrá sido muy complicado, me equivoco?
- No, no se equivoca...considero el lugar encantador y con un no sé qué en el ambiente, la verdad es que aún sin conocer el inmueble, ya me siento agusto.
- Pues no esperemos más, si me permite...se trata de un maravilloso ático situado en este edificio, como verá el inmueble pertenece a la época del siglo pasado, comienzos, pero hace ya unos quince años se restauró por completo respetando, eso si su fachada inicial y todo lo que podría ser de interés artistico ya que estamos hablando de una de las construcciones importantes del arquitecto de más renombre en aquella época, Ramón Casas.

La escalera era toda una obra de arte, interminable, pero con una estructura curvelínea, un caracol que se rizaba hasta el infiníto. En su centro un ascensor espectacular, con toda su estructura hecha de madera y con ventanillas de cristal, se conservó así, pero con las más modernas medidas de seguridad y un sistema hidráulico que permite subir a una velocidad igual a la que estamos acostumbrados en los bloques de pisos de hoy en día.
Mi cliente se muestra encando en principio por todo lo que de momento, está viendo, parece transportado a otro mundo, casi irreal, pero deja que le sorprenda y toma nota de todos los detalles. Se nota que es tremendamente pulcro en su modales y detallista en lo que le interesa.
Y a eso también me refiero a la hora de mirarme...parece que el color de mi tono de piel o de mi melena le ha llamado muchisímo la atención pues sus ojos lo delatan...
Me resulta conocido al mirarlo más detenidamente, tiene unos ojazos preciosos de un profundo azul añil...jo!! pero si es el bombón del semáforo, increible!!, y yo hablando más de quince minutos con él y ahora caigo en la cuenta...será cosa del destino?? ja,ja,ja.

Llegamos ya a la última planta, el ascensor se para y accedemos al descansillo...noto que me mira por el rabillo del ojo, en fin...soy una profesional y estoy allí para intentar venderle este hermoso ático...

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Eran casi las doce de mediodía y la estancia aparecía espléndidamente iluminada, desde allí cualquier otro edificio parecía mediocre, con sus grandes ventanales de madera barnizados es tono caoba. En el salón, una gran chimenea de mármol blanco, amarillento ya por el paso de los años pero, sin perder por ello todo su encanto y sobriedad.
Abrí las puertas que daban a una preciosa terraza, una parte cubierta por un porche de madera hecho con vigas del mismo material, a su sombra una preciosa mesa con cuatro cómodos sillones pensados exclusivamente para el descanso y el relax.
Al otro lado muchísimas plantas, ahora ya sin flor pues la época estival hacía tiempo terminó, pero conservaban igualmente todo su colorido con diferentes tonos ocres y verde musgo, eso sí las aromáticas estaban preciosas y no pude evitar acariciar con la palma de mi mano un brote de romero.
Peter estaba encantado, no paraba de mirar a todos lados, y a mi, por su puesto. Cada vez que eso sucedía le expresaba sin pudor una de mis mejores sonrisas mientras le contaba casi susurrando lo maravilloso de aquel lugar.
Pasamos otra vez al interior, una amplia cocina con barra americana que accedía al salón sin causar la más mínima alteración estética.
Al ser un ático solo disponía de un dormitorio, amplio como todas las demás habitaciones, en su interior un acceso a un baño hecho con baldosines en un color morado vidriado que le daban un tremendo modernismo, casi inusual, con los sanitarios blancos resaltaba aún los tonos de las paredes.
El dormitorio disponía también de un amplio vestidor, ideal para un hombre como Peter.
Tenía también una pequeña salita que podía dedicarse a cualquier cosa, como escritorio, sala para gimnasio, etc.
El suelo de todo el ático era de de parquet en color casi blanco y daba asimismo calidez y confort.
Al terminar de enseñarle todo el piso, me dispuse a hablarle de los pormenores de la propiedad y las condiciones en caso de adquisición del mismo.
Le gustó tanto que no puso objeciones a nada, bueno a casi nada, solo puso un requisito...invitarme a cenar cuando mi trabajo me lo permitiera.
Peter me contó que conocía a muy poca gente en Madrid, más que nada, compañeros de trabajo y que había pasado sus primeros quince días en Madrid revisando todos los papeles y contratos de su nueva ubicación, ya que nunca había tenido otro destino que su New York natal.
Así pues accedí encantada, no sin antes apuntarle que sería conveniente pasar por las oficinas de mi empresa para gestionar todos los papeleos de la compra-venta.
- Ningún problem, señorita Mariona, puedo llamarla así?
- Por supuesto Peter, encantada de ser un poco tu cicerone en esta ciudad...


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Estaba nerviosa, más inquieta que de costumbre y eso que en cosas de citas tenía experiencia y una larga lista de fracasos, pero esta vez era algo novedoso, por otra parte sabía bien lo que estaba en juego, salir con un cliente implicaba serias consecuencias si no salia como se esperaba.
Trataría de ser agradable, pero no demasiado, educada pero sin dejar de ser ella misma...ese era el peligro, pues era extremadamente coqueta y no por ello una "ligona" del tres al cuarto.
Pero no eran todas estas cosas las que hacían de ella un saco de nervios, aquel hombre le gustaba, había algo en él que la hechizaba, ya en el semáforo sucedió, y mientras enseñó el ático también...en fin mejor dejar fluir y que sea lo que Dios quiera!!.
Para la cena eligió un sencillo vestido negro, la tela hacía de él realzar la elegancia, de un suave terciopelo, cálido y mullido como una pompa de jabón.
No se maquilló en exceso, pero sus sensuales labios, carnosos y tersos, maquilló con un brillante tono carmesí.
- Solo esta noche ( pensó), luego supongo que conocerá a más gente y se olvidará de mi, lo prefiero, me molesta estar tan tensa solo por ir a cenar, en fin... veremos que sucede...

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- Hola, buenas noches encantadora damisela.
- Buenas noches Peter, gracias por lo de "damisela".
- Ja, ja, ja...porqué?
- Bueno...una tiene una edad ya, en fin que se agradece el cumplido.
El principio parecía presagiar una noche agradable, el saludo de Peter hicieron que Mariona se relajara, al menos momentáneamente, realmente era un hombre encantador, educado, caballeroso y eso, ya se sabe, enamora a cualquier mujer.
Cenaron el un céntrico restaurante de la capital, Mariona había estado ya en un par de ocasiones y le pareció perfecto llevarlo allí. Además la especialidad era comida típica mediterránea, al gusto de Mariona y con aquel sabor de su Ciudad Condal, "El Secreto de Bruno", estaba minuciosamente decorado con sencillez y modernidad, tonalidades pistacho en sus paredes y una luz que encandilaba, ni tenue ni demasiado luminosa. Quería que Peter se empapara por completo de la esencia de su tierra, de sus orígenes... y que mejor comienzo que una agradable cena mediterránea...?
El chef les aconsejó una de sus muy variadas ensaladas, con aromas y sabores sencillamente peculiares. Optaron por elegir un primer plato ligero, crêpes de verduras con bechamel. Para la ocasión eligieron un buen vino del Penedès rosado.
- "Creo que le gustará, en Cataluña tenemos muy buenos vinos blancos y rosados, sobre todo en la comarca del Penedès, para mi gusto, en cambio en el Priorat y Terra Alta son mejores los tintos...", pensó.

La cena trascurría amena, Mariona, relajada ya, le contaba como había llegado a Madrid, casi sin proponerselo, como sucede siempre, cosas del destino, era una trabajadora compulsiva y no le importó demasiado tener que partir hacia la capital si eso repercutía en su mejora laboral, persona inquieta y creativa, trabajaba con un grupo de gente que valoraba su trabajo y empeño en dar confianza y calidad a todos sus clientes.
Peter era similar a ella, aunque nunca hasta entonces había salido del país, pertenecía a ese grupo de gente nacionalista y aferrada a sus tradiciones, pero trabajando en una empresa multinacional, tarde o temprano sabía que tendría que viajar, pues su labor dentro de la empresa había estado premiado muchas veces y los directivos esperaban de él mucho más, lo querían dirigiendo una de sus más prometedoras oficinas fuera de Estados Unidos, España, más concretamente Madrid...

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Después de tomar unos deliciosos postres caseros, pidieron unos cafés y de vuelta al exterior. Las calles estaban tímidamente cubiertas de una transparente capa líquida, había llovido mientras cenaban, nada importante pero visto con las luces de la noche y el alumbrado urbano parecía como si Madrid estuviera envuelto de un halo místico casi hechizante, apetecía pasear pues la temperatura, aunque ya cerca de las navidades, era bastante agradable.

Decidieron tomar una última copa...pero Mariona tenía otra sorpresa para su invitado aquella noche, bajaron andando hasta llegar a la Gran Vía y desde allí pidieron un taxi. Quería que Peter conociera con las luces de aquella noche lluviosa unos de los más emblemáticos monumentos de aquella ciudad, La Puerta del Sol...el taxista se dirigió por la calle de Alcalá y bajo directamente hasta llegar al lugar, le contó como tradicionalmente desde hacía muchísimos años se celebraba allí la entrada del año nuevo. Quiso ponerlo al corriente de tan peculiar celebración, ya por el año 1866 cuando el genial relojero José Rodriguez Losada creara el mítico reloj en Inglaterra se convirtió en ejemplo de puntualidad y emblema de la ciudad.
Más tarde pasaría a ser el símbolo de bohemios, políticos y gente variopinta, donde cada 31 de Diciembre, San Silvestre, se reunirían allí para celebrar la entrada del año nuevo y así junto con las doce uvas, una por cada campanada, se pasaba a otro año en el que todos pedían fuera mejor que el anterior.

Retrocedieron de nuevo por la Calle de Alcalá hasta llegar a la Fuente de Cibeles, preciosa como pocas, no tan espectacular como "Les Fonts de Montjuit", pero no por ello de una hermosura extrema. Dieron dos vueltas al monumento entre risas y complicidad, el taxista les miró desde el espejo retrovisor y avisó si les gustaría dar una vuelta más...risas de nuevo, entonces Mariona le pidió que se dirigiera a la Puerta de Alcalá y así acabaría su ruta turística por aquella noche.
Una vez allí y después de pagar con una considerable propina, bajaron del auto. Se encontraban en uno de los puntos neurológicos de Madrid, buscaron refugio en uno de los muchos pubs que a esta hora permanecían abiertos, era un típico pub anglosajón donde la gente charlaba y cantaba alegremente, encantador como todos los pubs ingleses y donde la cerveza negra parecía no acabarse nunca...

La noche resultó agotadora y al día siguiente los dos tenían muchas cosas por hacer, así que Peter pidió de nuevo un taxi y la llevó caballerosamente hasta su barrio, en el portal de su pequeño apartamento se despidieron no sin antes hablar de otra cita, quizás dentro de dos semanas, cuando él tuviera ya las cosas ordenadas y el nuevo trabajo al día...
- Buenas noches, que descanses y perdona si en algún momento he resultado pesada con eso de darte tanta información de fechas y acontecimientos...
- Todo al contrario me ha resultado tremendamente interesante, quiero saber todo lo posible de esta hermosa ciudad...descansa y nos llamamos cuando así nos lo permita nuestro trabajo, gracias por tu amabilidad Mariona...

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La comida transcurrió muy amena, hablando de sus proyectos más inmediatos, sus ilusiones y para Mariona el regfreso por navidad con los suyos.

- Que vas hacer tú en estas navidades Peter?
- La verdad, es que hoy por hoy no tengo nada previsto, pensaba en visitar alguna ciudad diferente a Madrid para aprovechar mi estancia en este país.
- Quieres conocer Barcelona?
- Como?
- Si, si quieres que te enseñe Barcelona?...mi Ciudad Condal.
- Gracias, pero creo que sería pedirte demasiado, estás esperando estas fechas para estar con los tuyos, no creo que fuera el mejor momento.

Mariona lo había dicho así...puero impulso, pero era todo corazón y pensó que en Navidad todos tenían el derecho de ser felices y recibir el calor del hogar familiar.

- Mira, entiendo y comprendo lo que me dices, pero para mí, para mi familia sería todo un honor poder proporcionarte unas entrañables navidades.
- Bueno, si es así...tengo que reconocer que me atrae la idea de conocer a tu familia, de visitar Barcelona. Desde hace muchísimo tiempo me fascina esta ciudad.

Faltaban más de dos semanas, eso les daba tiempo a dejar al día todos sus proyectos y responsabilidades.
Reservarían dos billetes en el puente aéreo de Madrid - Barcelona y volarían juntos hasta allí.
Las luces de la ciudad y sus múltiples adornos navideños empezaron alumbrar en aquella fria tarde de Diciembre.
Mariona estaba radiante, se sentía plena, pensar en Peter la hacia sentir muy bien.
Era una mezcla de amor, de amistad, de compañerismo, de hacer bien al prójimo.
Llamó a sus padres para anunciarles que llvaría a un invitado, amigo, nada más, conocido a raiz de su trabajo. Además la venta del ático resultó todo un éxito, Peter le gustó tanto que no se lo pensó dos veces y se quedó con él. Había poco para decorar, estaba todo en su lugar, pero quería darle su "toque personal" y por eso no se había aún mudado a él.
Cuando regresara de las vacaciones lo haría y sabía que allí estaría en la "gloria", pues era como vivir muy cerca del Cielo.

Estaba repasando la correspondencia en su mesa de trabajo, había tantas cartas amontonadas y muchísimos correos electrónicos sin abrir. Mariona necesitaba ponerse al día inmediatamente, el trabajo en la oficina precisaba de ella urgentemente. Era lógico, depués de tantos días de fiesta, las vacaciones navideñas se había alargado un poco más de la cuenta.
Revisando el volumén de correos no pudo por menos que recordar los días que había estado alejada del trabajo, recordó su estancia en Barcelona, en rostro una dulce sonrisa; cuando pensó en la pequeña Roser, como había crecido y lo guapa que era la criatura, su hermana estaba radiante, la maternidad le había sentado como un bálsamo. Y papá??...estaba como un chaval, siempre hablando de sus cosas y mostrándose como el verdadero patriarca de la familia. Tenía que reconocer que el regalo le cautivó, no creía recordar el tiempo que hacía de ver aquel brillo en sus ojos al contemplar la colección de sellos.
En cambio mamá...le preocupaba recordarla después de los meses sin verla, cuando hablaba por teléfono con ella no delató en ningún momento su tremendo cambio. La verdad es que estaba envejeciendo prematuramente. Siempre había sido muy activa y coqueta, y en cambio, al ver su regalo sólo esbozó una leve sonrisa de agradecimiento, eso la preocupó muchísimo, no tanto por no acertar en sus gustos, sino por ver el paso de los años reflejado en su rostro, el desinterés y la desilusión por la vida.

Cuando terminó de leer todo el correo ojeó el PC, los emails enviados, entre ellos había uno en especial que le llamó la atención y no pudo por menos de ser el primero en abrir.
Abrió y oh sorpresa...era de Peter...Escribía para agradecerle aquellas hermosas vacaciones navideñas pasadas en Barcelona y el buen trato recibido por toda su entrañable familia. Al final de la carta, se despedía con un fuerte abrazo y un beso.
Más abajo, como posdata, le mencionaba sus deseos de volver a verla y dejaba para que ella tomara la decisión si así lo creía oportuno.

Quedó pensativa, sus ganas eran las mismas pero consideraba que todo iba demasiado rápido, necesitaba tiempo en poner su cabecita en orden y además, el trabajo, después de tantos días sin revisar nada, su volumen era alarmante. Se dijo que más tarde contestaría a su email o quizás le llamaría personalmente para explicarle el motivo sin ánimo de ser descortés.
Siempre había sido una mujer libre y el espacio era muy valorado por ella. Como a toda mujer le encantaba esta especie de cortejo pero a la vez necesitaba estar por y para ella, hasi que mejor poner un poco de distáncia y centrarse en todo el trabajo pendiente.

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Al hablar por teléfono con Peter, su mente se revolucionó como un torbellino, como un ciclón que ataca sin piedad todo lo que encuentra. Había, en aquel hombre, tantas cosas que la descolocaban que al final, resistía, como bien podía y dejaba de pensar en él.
Era contradictorio, vencía ese sentimiento que había hecho suyo desde hacía tanto tiempo, no era otro que el de la libertad, no quería compromisos, cierto, pero con Peter algo cambiaba y, ese mismo cambio, le resultaba su más temible enemigo.
A pesar de ello quedó en verle, en propiciar una agradable velada en su ático, ya a punto, el mismo que aquel día ella le enseñó, del que quedó maravillado, no sin precisar que lo que encandiló aquel hombre, robusto, norteño, fue sin dudarlo... sus ojazos y su temple como mujer que era.

La cita era para aquella misma noche, tenía los ánimos por los suelos, en su interior dos vocecitas que continuamente le repetían que debía hacer...
- Soy una imbécil, a que voy?, a meterme en la boca del lobo...luego todo será lo mismo, lo de siempre...sufrimiento, descontrol y de repente me veré llevando un anillo en mi mano o lo que es peor, llorando desconsoladamente porque me habrá dejado tirada.
-No debo ser tan pesimista, no hay porque alarmarse, total es sólo una cena, además tengo que ser atenta con él, por encima de todo, está mi trato con las personas, el uno de mis últimos clientes...que pensaría de mí ahora si le doy portazo ?...me pondré relativamente guapa y mañana todo volverá a ser lo mismo.
Al salir de la oficina se acercó a una de las boutiques de moda de la zona, con algo nuevo siempre resultaba más segura de sí misma, además ya empezaba la nueva temporada y le apetecía ir renovando su armario que caray!!

Sonó el telefonillo...
-Te estaba esperando Mariona.
Su voz le resultó encantadora, caminó nerviosa en busca del ascensor...

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Todo resultó tan mágico que el tiempo parecía detenerse a cada momento compartido con él, con Peter.
Hablaron de mil cosas y los silencios se confundieron con miradas llenas de pasión. Sabía a donde llevaba aquello, pero no le importó, más bien lo estaba esperando ansiosa pues resultaba totalmente diferente a lo vivido hasta entonces.
Peter llenaba toda la estancia, su timbre de voz, su energía, el olor de su cuerpo...todo era perturbador.
Hicieron un último brindis...antes de aquel larguísimo beso. Luego el tiempo se desvaneció...quedó colgado en el aire, en la atmósfera de aquel precioso ático.


Aquella incipiente relación la mantenía eufórica todo el día, sólo se preocupaba de algo cuando por culpa del trabajo debía terminar más tarde de lo extrictamente necesario.
Cuando salía de la oficina ya estaba contestando a las llamadas insistentes de Peter, para quedar: en tu casa, en la mia...
Todo parecía ir super bien, los dos parecían dos adolescentes que se abren a ese sentimiento paralizador que llamamos amor.

Una mañana revisando el correo, entre multitud de documentos, llegó una carta. No era como las demás, estaba escrita a mano y el remitente...era, era su amiga Sonia, Sonia...cuanto tiempo sin saber de ella. La última carta que le mandó a esta hacía ya más de dos años, le perdió la pista, al no contestarle pensó que seguramente estaría en otro lugar.
Efectivamente, Sonia se encontraba por sudámerica y más concretamente en Nicaragua, pero hacía ya mucho que la misión por la cual se había desplazado allí tenía serios problemas burocráticos y las autoridades decidieron que se suspendieran todas las labores humanitarias en la zona donde se encontraba Sonia.
Mariona se encontraba estupefacta leyendo todo lo que entre líneas le contaba su querida amiga.
Había tenido muy serios problemas, incluso temió por su vida, por eso no quiso que nadie se preocupara por ella, además así no daba pistas de su paradero a nadie pues imagió, con motivo, que sus cartas eran interceptadas por las autoridades.
Ahora se encontrba ya, fuera de peligro y por ese motivo decidió mantener informada a su amiga.
Sólo le pedía un favor, que no dejara de escribirla, que aunque todo parecía calmado en aquellos momentos, nada era del todo fiable y tenía que estar preparada por si sucedía algún imprevisto.
Se despedía con un fuertísimo abrazo y como posdata le mandaba su dirección actual, aunque la informaba que para más seguridad mandara el correo a nombre de otra persona, de su total confianza.

Mariona quedó en estado de "shock"...no sabía como se encontraba realmente Sonia y como podría ella ayudarla...

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Desde aquella carta su mente no paró de girar y girar, tenía que encontrar una solución, temía por su amiga, estaba inmersa en una oscura nube que no dejaba que su cerebro y su razón dieran con la fórmula para ayudar a salir del mal trago a su querida Sonia.
Los encuentros con Peter eran frecuentes, pero algo había cambiado, Mariola no estaba igual desde aquella carta y no estaba segura si sería buena idea contarle a él lo que sucedía.

Una tarde en la oficina sonó el teléfono...era Peter, le extrañó que no la llamara a su móvil, pero no le dio más vueltas que las necesarias.
- Hola Peter, que tal?
- Hola cielito, que tal te va la tarde?
- Bien, terminando unas gestiones…
- Te apetece quedar ahora a tomar un café?
- Pues mira si, me apetece, creo que mi cabeza está a punto de estallar si no salgo corriendo de esta mesa.
- Ok, estaré esperando en la cafetería de la esquina como otras veces.
- Muy bien, bajo en cinco minutos.
Una vez allí, delante de Peter no pudo disimular más, sabía que aquella cita no era para nada casual.
- Peter, creo adivinar porque estamos los dos aquí ahora.
- Si?, bueno entonces será que tengo suficientes motivos para alarmarme.
- No se trata de nosotros, estoy preocupada por otro tema, y puede que haya hecho mal ocultártelo…en fin, no sabría como decirte que estoy, estoy muy asustada.

Mariola le contó todo, empezó desde el principio, para que Peter entendiese de que manera estimaba a su amiga, el vínculo que unía a las dos amigas.
Cuando terminó su relato, él quedó asombrado, al mismo tiempo que preocupado por la suerte que podía correr la amiga de Mariola.
Decidieron que no guardarían más secretos entre ellos, y menos los que son difíciles de resolver.
Aquella tarde Mariola parecía otra, la luz de su mirada cambió y dejo que Peter la protegiera, la cuidara y…la amara. La relación se estrechó mucho más entre los dos, sabiendo que podía confiar en él y en su ayuda.

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Aquella noche no pudo conciliar el sueño, imaginó que hubiese sido mucho mejor aceptar la invitación de Peter, cenar cómodamente en su casa y quedarse a dormir arropada entre sus brazos.
Se daba cuenta que le amaba, que se sentía protegida a su lado y…, de todas formas no podía prescindir de su libertad, de hacer lo que se le antojara, aunque eso pasara por quedarse muchas noches sola sin su agradable compañía.
Al final se decidió, cogió su teléfono y marcó el número de Peter…
- Hola cielo, buenas noches...sucede algo.
- No Peter solo que…que quería oír tu voz...no hay forma de dormirme.
- ¿ Estás intranquila por todo lo concerniente a tu amiga Sonia?, te entiendo perfectamente, en unos pocos minutos estoy aquí y charlamos, ¿ quieres?.
- Sí Peter, necesito de tu cariño, te quiero.

No tardó en llegar a la casa de Mariola, ella le esperaba temblorosa, impaciente, pero a la vez con un brillo en los ojos que dejaba ver el profundo cariño que sentía por él.
Mientras tomaban una copa sentados cómodamente en el sofá, Peter se levantó para poner música suave, relajante, así pensaba que Mariola se calmaría y vería todo con diferente prisma, de todas formas bien poco podría hacer ella si a Sonia se le complicaban los problemas, pero sabía que Mariola estaba dispuesta a todo y eso hacía que su amor creciera más si es que eso podía ser posible, ya que se daba cuenta del nivel humano que tenía.

Aquella noche fue mágica, llegaron a sentirse tan bien que sin darse cuenta se durmieron en un abrazo y nada más importó.


Pasaron varios días hasta obtener alguna respuesta a su telegrama, pero aquella tarde iba a ser diferente.
Mariola acababa de llegar de la calle, había tenido una cita con unos clientes, una pareja joven que buscaba su primer nidito de amor, después de varios intentos, de enseñarles diferentes inmuebles encontraron lo que buscaban, un apartamento muy confortable en la zona de Chamberi, todo exterior y amoblado de calidad. El trato resultó a la medida de las dos partes y a Mariola eso la hizo sentirse eufórica, en los tiempos que estábamos una venta resultaba casi un milagro, además de saber que ofrecía calidad y que el cliente no tendría problemas con la compra del inmueble.

Así pues, se disponía a formalizar los trámites pertinentes, tenía que ocuparse del contrato de compra-venta, redactar las condiciones, en fin, todo el papeleo ya que a la mañana siguiente se presentarían por la oficina para firmar todos los papeles y salir para el notario.
Y...sonó el teléfono...
Al otro lado una voz que para nada le resultaba conocida, con un acento ¡sudamericano¡


Desde la llamada de ultramar todo cambió, Mariona no volvió a ser la misma. Parecía que su relación con Peter se había estancado, la chispa se había ido apagando día tras día.
Claro que los problemas tenían buena parte de culpa, pero aún así, sin querer, nada era lo mismo.
Mariona se había centrado muchísimo en el problema de su amiga Sonia, dejaba que aquello fuera el centro de su vida, encontrar la manera más rápida de ayudarla era su mayor preocupación, todo lo demás, incluso el amor, pasaba a un segundo plano y eso, eso era tremendamente peligroso.
Por su parte Peter había encontrado la manera de enfocar su vida de nuevo, con el objetivo primordial de su trabajo, la investigación mercantil que requería su cargo y poco a poco, sin darse cuenta, su mente se relajó, tanto que incluso había días que no recordaba llamar a Mariola.
Una tarde, la llamó un poco inquieto, tenía una mezcla de sentimientos opuestos, pero sabía que ocurría, había pasado otras veces por ello. La chispa ya no se encendía, quedaba una sincera amistad, pero la atracción de estar a su lado, de oler su perfume, de sentir el timbre de su voz...había desaparecido. Por eso marcó su número y le pidió una cita, una charla abierta y sincera.
Mariola también precisaba hablarle, en fin... estaban más o menos los dos igual, por diferentes causas pero, con el mismo resultado.

La conversación resultó ser agradable, tranquila, relajada, con un poso de mucho amor y respeto y sin querer esconder ninguno de los dos lo que les estaba pasando, eran, personas adultas, sabían bien de que se trataba, no servía de nada ocultarlo, no verlo, querer poner un remiendo en donde ya nada era lo mismo.
Así pues, después de tomar dos cafés, se despidieron con la mejor de sus sonrisas, esperando si se daba el caso, volverse a ver y compartir otra tarde similar. Mariola le había contado a Peter y tenía todo previsto para partir en quince días hacia Nicaragua.
Tenía gente responsable en la oficina, su trabajo estaba en buenas manos. Le habían concedido una excedencia por un año y para ella fue un alivio. No sabía cuanto tiempo permanecería allí, pero le confesó a Peter que no le importaría lo más mínimo quedarse para siempre, había mucho que hacer, y las ayudas eran escasas. Para ella no sería tan duro ya que le esperaba Sonia, su amiga del alma.
Peter entendió perfectamente, él era uno de esos, estaba en otro país y siempre pensó que salir enriquecía humanamente, mucho más que permanecer pegado cerca de los suyos, por eso le deseó todo lo mejor.

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Aunque las despedidas nunca fueron buenas esta, resultó liberadora, nunca había imaginado que alejarse de todo lo que hasta entonces resultaba ser el centro de su vida, el motor que la empujaba a seguir adelante fuera a la vez tan esclavizante...ahora ya, en el avión que la llevaba a su nuevo destino, daría un nuevo giro a su vida, esta vez seguramente de 360º y ella lo sentía así, girando ya en la rueda del destino, mirando a través de la ventanilla su mente volaba más rápido, a caso, que el propio aparato.
Después de quedar tremendamente dormida, entre sueños y visulizacones, despertó por la luz cegadora de un nuevo amanecer...en un nuevo continente...